miércoles, 14 de noviembre de 2007

Memoria de la clase nº5 por Matías González

CLASE N°5

Memorias del día jueves 13 de Septiembre de 2007
De eso no se habla

Al principio se encuentra en la clase sólo la profesora Pina. Cuando llega Silvia, Sol y Sonia leen sus memorias. El relato de Sol es, como se charló luego de la lectura, más formal, mientras que el de Sonia es informal, y llega en ocasiones a generar nuestras risas. Lo que Silvia puede rescatar de ambas, y de las anteriores memorias, fue la capacidad de recuperar lo que se dijo, algo muy presente en las obras de Puig.
Entonces, y después de haber seleccionado a los encargados de preparar las memorias de ese día (Ana Paula se ofrece voluntariamente, a mí me “eligen”), Pina empieza a dar una clase orientada a su área: la Historia. En primer lugar, y partiendo de dos acontecimientos en la vida de Puig: 1932, su nacimiento, 1969, publicación de Boquitas Pintadas; ubica en una línea de tiempo los principales hechos históricos entre ambas fechas (Crisis del ’30, Segunda Guerra Mundial, sucesivos golpes de Estado en nuestro país). La idea es colocarnos en el contexto de la novela, y ello necesariamente nos remonta a los años ’30. “El mundo está dividido entre Capitalismo y Comunismo. Pero… ¿qué le pasa a la gente? ¿Con qué se divierte?” Y la respuesta es conocida “La radio. Me siento y escucho. Sé lo que pasa en el mundo de pronto.”
Para explicar mejor el fenómeno de la radio, Silvia nos cuenta dos anécdotas parecidas, pero que se dan en lugares diferentes. En la primera, que ocurrió en Estados Unidos, Orson Wells en un programa de radio realiza una adaptación de “La guerra de los mundos”, advirtiendo al principio de qué se trataba. Sin embargo, la mayoría de los oyentes, al estar distraídos con un partido de fútbol, agarran el programa empezado, perdiéndose la explicación. La dramatización de la llegada de las naves, y el testimonio de personas que cuentan lo que ven, generan en los oyentes un sentimiento de terror, y llegan a “creer más en la que dice la radio que en lo que ellos mismos ven”. La otra anécdota, ocurrió en la Argentina con el famosísimo radioteatro “Los Pérez García”, en el que iba a ocurrir un casamiento y la gente, aun conciente de que se trataba de una simple historia de ficción, comienza a mandar regalos.
Esto es lo que generan los “fenómenos de masas”, que es sus discursos van a construir modos de pensar y de comportarse. El cine nos sirve de ejemplo. Las grandes actrices de Hollywood (Rita Hayworth, Greta Garbo), son los principales modelos a seguir.
Además, estos medios masivos (en la época: el cine, la radio, el fútbol) sirven, como decía el mismo Puig, para “escaparse de la realidad”. Pero ¿por qué esa necesidad? En la década del 30 en la Argentina, conocida como “década infame”, se inicia un proceso de “salvar a la patria” a través del fraude, y se intenta devolver al país el orden. Se consolidan ciertas prácticas sociales, en las que se ve a la clase media como el modelo a seguir. Boquitas Pintadas, en este sentido, nos da un claro pantallaza de la época. El personaje de la Raba “nos dice un montón de cosas”: sin duda representa a una “cabecita negra”, con posibilidades de ascenso social y de conseguir la casa propia (en particular, su hijo). Asimismo, aparecen en personajes como Nené la idea del amor para siempre, también presente en las letras de los boleros, y cómo está dividido según el estrato social, lo que se puede y lo que no se puede hacer.
Silvia, entonces, nos hace escuchar un cassette con un fragmento de “Los Pérez García”. Vemos muchas similitudes con Boquitas Pintadas: los prejuicios por los orígenes, la presencia de enfermedades en la familia. Estas semejanzas no son casuales, sino que reafirman y dan verosimilitud a la historia que cuentan.

Matías González.

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