miércoles, 14 de noviembre de 2007

Memoria de la clase nº5 por Ana Paula Marconi

CLASE N°5

De eso no se habla
Clase del 13 de septiembre:

Llegué tarde, pero Silvia todavía no había llegado. Pina decidió (aunque no muy convencida) empezar la clase. Después de un silencio medianamente incómodo en el que ni Sonia ni Sol parecían querer ser quien leyera sus memorias primero, Sol fue la valiente que comenzó con la lectura.
Instantes después llegó Silvia, a quien Pina comentó su indecisión a la hora de empezar la clase. Sol recomenzó la lectura de sus memorias, después Sonia leyó las suyas, encaradas de una manera innovadora. Cuando ella terminó de leer, Pina habló (a modo de respuesta a la última memoria leída) de lo fantástico de maravillarse clase a clase, y Silvia comentó las diferencias entre ambos estilos de escritura y sobre interesar al lector.
Se nos designó a Matías y a mí para escribir las memorias de ese día, y yo empecé inmediatamente a anotar en mi cuaderno todo lo sucedido en la clase hasta el momento, teniendo la certeza de que, de no hacerlo, lo olvidaría con asombrosa rapidez.
Mientras tanto, Pina explicaba el contexto histórico en el que Puig nació, creció y escribió sus obras. Hablamos de la importancia de la radio en los ’30, del cine, su utilidad para escapar de la realidad de esa época. Silvia aportó una anécdota sobre Orson Wells y H. G. Wells, y otra sobre una radionovela argentina. Ambas ilustran la delgada línea que divide la realidad de la ficción.
Silvia hizo una pausa para buscar en un cassette un fragmento de una grabación, y mientras tanto Lucía Vázquez le aclaró a Matías que tenía que escribir sólo la clase del día. Pina leyó un texto que también trataba la necesidad de huir al mundo ficticio hollywoodense. Luego volvimos al rinconcito histórico que no sólo me apasiona a mí, a juzgar por los silencios incómodos y las caras atentas de algunos de mis compañeros (sí, estoy siendo sarcástica).
Hubo un nuevo silencio cuando Pina pidió que dijéramos en qué parte de la novela se veían reflejados los distintos aspectos que acababa de explicar (rigidez, clubes, familia, virginidad, etc.), y luego tímidas respuestas de mis compañeros.
Mientras Pina preparaba el reproductor de CDs para escuchar algunos boleros, Sol le pidió a Matías que dijera “Marta Bonaudo”. Él se negó, mientras escribía rápidamente. Al concluir el primer bolero Lautaro me comentó: “¡Qué lástima que no está la villera para sacarla a bailar!”. Cuando vio que yo anotaba sus palabras dijo “¡Adiós a mi vida social!”. Inmediatamente escuchamos otro bolero, y después de algunos comentarios sobre la cursilería de este tipo de canciones, volvimos a Puig y su obra.
Pina habló de las actrices de la época: Hayworth, Garbo. Las “mujeres fatales”. Ante un nuevo comentario de Sol hacia Matías dijo “Déjenlo en paz, pobre chico”. Sonia me miró y dijo “¡No toca más el timbre!”. Finalmente empezamos a escuchar el fragmento de “Los Pérez García”. Mientras Lautaro y yo mirábamos un libro sobre la historia del cine, sonó el timbre del recreo.
El timbre siguiente ya había tocado para cuando yo volví al aula con los vasitos descartables que había ido a buscar al cuartucho. Después de unos minutos de desorden y café, retomamos la clase. Silvia habló del amor y las clases sociales en Boquitas pintadas. Ante el silencio que generó una de sus preguntas, Silvia habló de él, de la dinámica de un taller, de su incomodidad ante el silencio… Me pregunto hasta dónde lo dijo porque había que decirlo, y cuánto de lo que dijo fue para llenar ese silencio tan “terrible”. Pina habló desde una mirada más positiva, diciendo que quizás nuestros silencios se debían a que estábamos pensando, que cuando hablábamos nuestro desempeño era “brillante”, pero de todas maneras nos dijo que nos faltaba conversar. Acto seguido hubo un silencio que otra vez Silvia se encargó de llenar.
Después tratamos un nuevo tema: Hitchcock. Luego de un par de comentarios sobre él por parte de Lautaro y la lectura de información que había traído Belén, Silvia nos recordó que el jueves siguiente no tendríamos clases y que el que le seguiría era la fecha designada para ver una película.
Silvia comenzó a leer un texto con las definiciones de “melodrama” y “drama”, y tres chicos del centro de estudiantes interrumpieron la lectura para convocar a la marcha del día siguiente y al festival de ese domingo, ambos conmemorativos del 16/09. Cuando se fueron, Silvia terminó su lectura. Hablamos de lo vulgar, y volvimos a Boquitas pintadas, ahora en contraposición con Borges y Cortázar, ambos académicos. Pasamos a lo no académico: el pop. Y mientras Silvia nos hablaba de la lejanía entre Borges y Puig, sonó el timbre.

Marconi, Ana Paula

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