miércoles, 14 de noviembre de 2007

Memoria de la clase nº4 por Sonia Voscoboinik

MEMORIAS DEL 6 DE SETIEMBRE

En primera instancia, quiero aclarar que conociendo a mi compañera de memorias, supe enseguida que tipo de producción realizaría; de allí que para no aburrirlos con la lectura de dos trabajos similares, me propuse por primera vez, hacer algo distinto, algo innovador. Así, el contenido formal de la clase se lo dejo a mi colega, y del resto me ocupo yo.
El jueves pasado, la profesora Pina, entró preguntando, cómo nos era posible asistir, prácticamente sin dormir, entonces le explicamos, que sí habíamos dormido, por que la fiesta del día del bachiller, había sido el martes. A partir de allí surgieron todo tipo de comentarios sobre dicho evento. La misma profesora, se sorprendió al ver mi cara, suponiendo que era producto de las pocas horas de sueño, pero yo le aclaré que, en realidad siempre fue así.
Luego de que se pasara lista noté la ausencia de varios compañeros, supuse que la deserción fue causada por nuestra fiesta. El caso es que, al no presentarse una de las encargadas de realizar las memorias, sólo nos quedamos con los recuerdos que Lucía nos brindó con su trabajo. Una vez que finalizó con su lectura, un silencio prolongado se produjo en la clase, y yo pensé: “que situación incómoda para la autora, ojalá que cuando a mi me toque leer no me pase”. Pero afortunadamente ese intervalo fue consecuencia de la sorpresa que despertó su redacción, (aparentemente, las profesoras no tenían muchas expectativas con este curso, porque también volvieron a destacar el excelente trabajo de interpretación de Garofalo, del texto de Julia Romero)
Luego se pasó a la elección de los “voluntarios”, para realizar las próximas memorias; situación incómoda en la que la mayoría de nosotros nos valemos de distintos recursos para intentar desligarnos de dicha tarea. Entre las tácticas que se utilizaron en esta ocasión, se cuentan: el clásico fingir escribir y la desviación de la vista, también utilizada muy a menudo, por su eficacia
La primera en quedar nominada fue M. Sol y, luego de una ardua discusión entre tres compañeros, sucedió lo que me temía: quede como segunda encargada. Rápidamente tome una hoja y anoté lo que había sucedido antes de que se me anunciara mi cargo.
A continuación, Lautaro dio la explicación del texto: "Los amores difíciles”, que había quedado pendiente de la clase anterior. Básicamente el mismo trata las diferencias entre el tango y el bolero (mientras que el primero hace alusión al mundo femenino, el segundo esta asociado con el machismo; para más información recurrir al texto: “Los amores difíciles”, de Martín Kohan, disponible en la fotocopiadora de la escuela).
Me alegré de que Lautaro fuera sintético en su explicación, pero esta alegría duró poco… enseguida se nos anunció que debíamos realizar un trabajo práctico.
Tuve que esperar a que mi compañera se actualizara con tareas del día anterior, y de chismes, por su puesto, para poner manos a la obra.
Mientras trabajábamos se nos sirvió un café (por suerte esta vez con azúcar).
Más tarde se intentó llegar a un acuerdo para pasar la clase del jueves 13, a la tarde, con el objetivo de ver una película; pero comentarios tales como: “tengo educación física”, “a las 8 tengo turno con el dentista” junto con otros problemas de distinta índole no permitieron concensuar un horario, por lo que las profesoras se resignaron a pasárnosla en otra ocasión.
Posteriormente, M. Sol propuso bajar de Internet las obras musicales analizadas. Las profesoras, creyendo que esto era demasiado esfuerzo, consideraron la posibilidad de eximirla de la obligación de realizar las memorias, pero como ya las había empezado, Jeremías salió beneficiado, al ofrecerse rápidamente como voluntario de dicho trabajo.
Finalmente cada grupo comenzó a exponer las conclusiones que sacó de la letra que debía analizar: “Deliciosas criaturas perfumadas quiero el beso de sus boquitas pintadas”, es lo que recuerdo de la explicación que Martín nos brindó del tango que le tocó. “Azul, azul como una ojera de mujer”, azul, como las ojeras después de la fiesta del día del bachiller, es la asociación que hice con otra exposición.
Aprovechado el cese de las explicaciones por parte de uno de los grupos, Pina le dijo a la pareja de al lado: “Pueden participar si quieren”, incitándolos que compartir su análisis con el resto de la clase, pero la respuesta de uno de sus integrantes fue: “naaaaa…”. Finalmente el dúo accedió a comentar sus deducciones; Lautaro mencionó algo relacionado con un paradigma y Ana Paula se disponía a dar uno de sus discursos, cuando nos salvó la campana.

Sonia Voscoboinik

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